Nació el 30 de septiembre de 1927 e ingresa a la Primera Compañía “Bomba Pedro Aguirre Cerda”, el 10 de abril de 1957, correspondiéndole el registro de Cuerpo Nº 58 y Registro de Compañía Nº 58.
En su vida bomberil desempeñó los siguientes cargos: Secretario General, Tesorero General, Director de Compañía y Consejero de Disciplina por muchos períodos.
A su vez, integró importantes comisiones dentro de la Primera Compañía, de las que destacamos:
En la siguiente etapa de su vida bomberil, es donde juega un rol muy importante para la Séptima Compañía, pues con fecha marzo de 1984, es designado Director interventor de la Séptima Compañía en Formación, y es aquí donde contaremos parte de su legado.
Cuando se hace presente el Consejo de Oficiales Generales en nuestro cuartel aquella noche, encabezados por el Superintendente de ese año, Sr. Osvaldo Acuña Acuña y Comandante Sr. Osvaldo Hormazábal Montecinos, se nos comunica que por acuerdo del Honorable Directorio General, a contar de ese momento don Jorge Mitre Manzur es el nuevo Director de la Compañía en el período de formación, acompañado por otro gran Bombero como lo es el Sr. Pedro Pincheira Hernández, voluntario honorario, en esos años, de la Tercera Compañía de Conchalí.
Don Jorge desde el principio nos infundo calidez, reposo, ya que tenía una forma muy pausada y elocuente al hablar y transmitir sus ideas y expresar su sentir.
Desde el primer día inculcó en nosotros el respeto a la Institución y, por ende, a sus reglamentos, pero quizás lo que más nos marcó y llenó de orgullo es que siempre nos decía que éramos unos verdaderos crisoles, a los cuales debía pulir para así poder relucir al máximo su belleza y calidad, cosa que al principio no entendíamos, pues para nosotros al frente estaba alguien extraño, pero a pesar de todo siempre nos siguió repitiendo su frase célebre.
Una de sus primeras medidas, y con el afán de integrar a la familia en lo que es la vida bomberil, creó el Círculo de Damas, con la finalidad de que las señoras, señoritas, que en primera instancia eran las esposas e hijas de los Voluntarios, compartieran y entendieran en parte de lo que sus esposos sentían por la Compañía, y al entenderlo, apoyarlos y fue así como estas distinguidas damas entendieron que no compartían con hombres comunes y corrientes, sino que compartían sus vidas con hombres honorables, esforzados, trabajadores, y lo más importante, bomberos.
En su mandato como Director se construyó la primera sala de guardia, uno de los requisitos exigidos para ser reconocidos.
Don Jorge Mitre falleció el 13 de noviembre del 2012, pero que de donde esté vea que sus crisoles, que con tanto ahínco bruñó, aquí estamos desde hace exactamente 31 años y este es su legado.